Evoca a las películas norteamericanas de Navidad; el sirope, pensado desde nuestra latitud, está en cierta manera relacionado con el cine de renos, gorros de felpa roja y pinos de salón. Pero no solo existe el sirope de arce como no sólo se produce sirope en los bosques de Canadá. Este sustitutivo natural del azúcar está empezando a conquistar terreno en la industria gastronómica española, y lo hace de la mano de un producto elaborado a partir del autóctono algarrobo.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, nuestro país es el principal productor de algarroba del mundo, de modo que no debe extrañar la reciente entrada de productos elaborados con algarroba en los lineales de los supermercados. La última novedad es el sirope de algarroba, un néctar gourmet naturalmente dulce y de altísima producción ecológica que conserva en su interior las propiedades del superalimento que le da nombre.
Este sirope producido íntegramente en España –la excepción en un país que no produce siropes– lleva la firma de Ibiza Carob Company, proyecto responsable del relanzamiento de la recogida de la algarroba ibicenca para la elaboración de productos ecológicos, y acaba de entrar en en los 62 supermercados que Alcampo tiene repartidos por el país.
Pero, ¿qué beneficios tiene el sirope de algarroba? El primer y fundamental beneficio asociado a este sirope es que se trata de un endulzante natural. Un alimento tremendamente energético que, sin embargo, cuenta con un bajo índice glucémico, ya que entre el 40% y el 50% de su composición son azúcares naturales (sacarosa, glucosa, maltosa y fructosa). Esto hace que los azúcares que componen el sirope de algarroba proporcionen una energía que se va liberando de forma paulatina y que, por tanto, elimina el riesgo de hiperglucemias o de desequilibrios en sangre.
De manera complementaria, el sirope de algarroba hereda todas las propiedades beneficiosas de un superalimento. Consiste en un producto de bajo contenido en grasa (1%-3%) que, por el contrario, presenta una alta concentración de fibra (10%-13%). El sirope de algarroba es también una fuente natural de fósforo y calcio, presenta propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antibacterianas y es rico en un aminoácido esencial como el triptófano.
Así pues, este nuevo producto tiene prestaciones y potencial para rebasar los límites de su área de producción y darse a conocer lejos del Mediterráneo. Lo hará como sustitutivo del azúcar para edulcorar bebidas calientes o frías y para utilizar en repostería. También para aderezar tostadas o quesos y condimentar ensaladas o salsas. Y con el tiempo tal vez funcionará como una referencia cultural propia: adiós a los bosques de Quebec; el sabor del sirope traerá a la memoria películas ibicencas.