Fruto de la pura expresión de la naturaleza, este vino de terroir, creado en el corazón de la Ribera del Duero,
es el sueño de dos mexicanos, Vicente Pliego y Hugo T. del Pozo, hecho realidad por el prestigioso enólogo Isaac Fernández
A la sombra de un majestuoso árbol de Pinus Pinea. En el corazón de la legendaria región vitivinícola de la Ribera del Duero. Dos amigos de la infancia de origen mexicano, Vicente Pliego y Hugo T. del Pozo, tuvieron un sueño: buscar la perfección, aprovechar la mejor versión de lo que la naturaleza nos ofrece y crear uno de los mejores vinos del mundo.
Así nació Pinea, una nueva bodega que da nombre a un vino “hecho a mano”, elaborado con el corazón, procedente de uvas de viñas viejas de más de 30 años -algunos incluso centenarias- ubicadas a más de 900 metros de altitud, y plantadas en un suelo de arcilla calcárea. Un terroir que sufre a lo largo del año un clima extremo y duro. Peculiaridades, sin embargo, que aportan personalidad, potencia y fuerza, cualidades que se impregnan en los impulsores del proyecto y en la propia idiosincrasia de la bodega.
Los viñedos, ubicados entre Olmedillo de Roa y Villatuelda (Burgos), ocupan 40 hectáreas. Son mimados y tratados con respeto y cariño, vendimiados a mano con delicadeza. Sus uvas, seleccionadas al detalle y despalilladas a mano, son convertidas en la mejor expresión de la naturaleza, gracias a la magia de uno de los más prestigiosos enólogos del país, Isaac Fernández.
“Sentimos un profundo respeto y amor por la naturaleza y la tierra donde crecen nuestras vides. Apreciamos y valoramos su sabiduría, su armonía, su bio-ritmo”, asegura Vicente Pliego. Por ello, desarrollan una viticultura no intervencionista, con miras a la sostenibilidad y el respeto al entorno natural, y una vitivinificación integrada, que permite a la fruta ser la estrella. El resultado, unos vinos de terroir elegantes y excepcionales, que despiertan los sentidos, avivan el alma y son el acompañamiento ideal para aquellos momentos que duran para siempre.
Pinea es el vino bandera, el vino icónico de la bodega homónima, que también elabora 17 by Pinea, un vino “homenaje a nuestro año de triunfos”. Las uvas seleccionadas provienen de 17 hectáreas de viñedo que dedican a este vino tan especial, en 2017 lanzaron al mercado finalmente los primeros vinos del proyecto, y también en 2017 su amigo el golfista Sergio García, ganó su primer "Major". Es un vino bautizado con su número mágico, su número de la suerte para un vino flexible, que refleja el espíritu de aventura y de diversión. 17 by Pinea está elaborado con paciencia y atención al detalle, sello de la bodega, con toques especiales de barricas nuevas de roble francés y americano que aportan tonalidades únicas en nariz y boca.
Unos vinos exclusivos, con producciones limitadas que se pueden adquirir formando parte del Club Pinea. Un sistema que permite a los socios acceder a vinos especiales con etiquetas numeradas o visitar unos viñedos que de ninguna otra forma podrían conocer.
NOTAS DE CATA
PINEA
100% Tempranillo. The Vintage 2014. 30 meses en barricas nuevas de roble francés. 13.000 botellas.
Color rubí intenso y brillante con un ligero desvanecimiento a granate-violáceo hacia el borde.
Su nariz es equilibrada, con pronunciados aromas de fresa madura, compota de frambuesa y cerezas trituradas, junto con sutiles tonos de lavanda, hojas de tabaco y cuero nuevo, complementado con delicados aromas a torrefacto, caramelo y vainilla.
Se caracteriza por su cuerpo medio. En el paladar revela elegancia y equilibrio con una intensidad de frutos negros silvestres y notas de roble bien integradas, taninos sedosos con un final largo y sabroso. Sorprendentemente, está listo para beber ahora y debería seguir revelando más niveles de complejidad en los próximos años.
17 BY PINEA
100% Tempranillo. Añada 2015. 18 meses en barrica de roble francés y americano. 13.000 botellas
Color rojo picota intenso y profundo con tonos de púrpura oscuro y ribete rosado-violáceo.
En nariz es opulento e intenso, dominado por frutas negras como arándanos, ciruelas y moras con un fondo de notas minerales, acompañado de tostados aromas de roble fino. Contraste distintivo y armonioso entre el carácter de especias y frutas en la nariz.
En boca este vino es en conjunto atrevido y poderoso, equilibrado, tonos de terciopelo que recubren y colman el paladar de fruta y le dotan de un largo y persistente final.