Sardinas y sardinillas de reconocida calidad cuyas propiedades organolépticas ganan con el tiempo
Ya se sabe que las conservas no tienen una fecha de caducidad, aunque sí una fecha de consumo preferente. Es por este motivo, por lo que las sardinas y sardinillas de calidad ganan con el tiempo, siempre que se hayan envasado con aceite de oliva y se conserven en condiciones adecuadas. Son lo que se llaman las "sardinas de añada”.
En países cercanos como Francia o Portugal, desde hace tiempo existe todo un mercado de latas de conservas, maduradas o milesimadas, en cuya etiqueta figura impresa la fecha de envasado (millésime) y la numeración de la lata. Un verdadero manjar, a veces buscado por gourmets y coleccionistas, por el que se pagan precios por encima de los habituales.
La familia Lafuente lleva más de 100 años elaborando conservas en Vilanova de Arousa. La tradición y la naturalidad son dos de los pilares fundamentales de la conservera que continúa con la misma calidad e idéntica línea de fabricación. Productos saludables y al alcance de todos los bolsillos, envasados a las pocas horas de su captura, en plena temporada y después de un vaciado manual minucioso de cada pieza.
Ahora Conservera Gallega, S.A, con Paco Lafuente, su marca más tradicional, ha creado la gama de conservas milesimadas. Las sardinas de la añada 2014 con un contenido de 3 a 5 piezas (PVP: 3,60 €) y las sardinillas de la añada 2016, que contiene de 22 a 24 piezas (PVP: 5,75 €. Su etiqueta vintage recuerda a aquellas latas que se exponían en las antiguas tiendas de ultramarinos y que pueden ser el perfecto regalo para coleccionistas gourmets.