Tras el éxito alcanzado por Inedit en su formato de 75 centilitros, Salvatore Adduci diseña el nuevo packaging de formato individual de 33 centilitros.
La exitosa trayectoria de Inedit es una combinación de múltiples factores. Por su contenido, una fórmula creada por Ferrán Adrià y su equipo de sommeliers de elBulli y los maestros cerveceros de Damm, que han sabido elaborar una cerveza gastronómica, capaz de acompañar la variedad de sabores existentes en la gastronomía moderna.
Y por el diseño de su packaging, a cargo de Salvatore Adduci, un Estudio de Diseño especializado en packaging con una trayectoria de más de 30 años, que ha sabido plasmar el espíritu del producto y llevarlo a los hogares de los consumidores, bares y restaurantes.
En los últimos años, el packaging ha cobrado interés porque se ha comprendido que el consumidor busca algo más que el provecho del uso; busca percepciones, sentirse identificado con la marca, hacerla suya y que el producto tenga concordancia con la imagen que tiene de sí mismo o de su familia.
“Tras un producto existe toda una gama de valores, sensaciones, gratificaciones y recompensas que el consumidor desea percibir” explica S. Adduci.
“El producto debe proyectar una imagen, por ello cada consumidor busca uno acorde con su estatus. Una dificultad añadida en el diseño del packaging es que por lo general, el espacio que permite el producto en el punto de venta para expresar su personalidad es muy limitado. En un envase es primordial la primera percepción. A través de un rápido contacto visual la imagen del producto debe expresar el 70% de su personalidad: caro/barato, asequible/inasequible, honesto/deshonesto o joven/viejo.
De este modo el packaging se convierte en el primer contacto que tiene el consumidor con el producto, sin intermediarios” argumenta Salvatore Adduci. Estos han sido los grandes retos de S. Adduci con el nuevo diseño de Inedit. Se trata de un envase de inspiración retro, con connotaciones de las botellas de champagne y botellas de vinos borgoñas. Una botella de formas suaves y sinuosas pero con carácter propio.
Su espíritu transgresor se pone de manifiesto al invertir la utilización de los elementos tradicionales de etiquetaje como el collarín rojo donde aparece la marca y los textos referentes a la cerveza, mientras que en la etiqueta aparece el símbolo de la marca sobre fondo negro. Se trata de una declaración de intenciones con la que Adduci pone de manifiesto que no se trata de una cerveza -fresco, sino de una cerveza exquisita, única y se sabor inédito.
La primera cerveza orientada al mundo de la gastronomía se reinventa con el nuevo formato de 33 centilitros. adaptado al consumo individual. El pack de seis unidades, presente en más de 43 países, rinde homenaje a Ferran Adrià y recupera la célebre fotografía en blanco y negro del cocinero en la portada del The New York Times Magazine en 2003.