Cadí, la primera cooperativa lechera que se creó en el Estado español, celebra 100 años de vida y lanza Neu del Cadí, un queso de pasta blanda y piel enmohecida, desarrollado con motivo del centenario.
Su aspecto recuerda los colores grises de la sierra del Cadí, que protagoniza el paisaje de los valles del Alt Urgell y la Cerdanya, comarcas donde se recoge diariamente la leche que se transforma en este queso.
La sierra del Cadí buena parte del año nos muestra sus contrafuertes rocosos entre las canales nevadas, como el Neu del Cadí, que combina los tonos grises con el crecimiento blanco de los mohos.
Un queso con personalidad, blando, cremoso, láctico al principio y que desarrolla aromas más complejos a lo largo de su vida, que recuerdan a la trufa, algunas setas y los pastos húmedos presentes en esta zona del Pirineo.
La corteza es natural, totalmente comestible, y la responsable de la especificidad de la maduración de este queso. Permanece siempre viva, y si se favorece su actividad con humedad y temperatura se transforma aún más la pasta.
Para degustarlo, se aconseja templar para apreciar más su textura y sus aromas.