El Rioja Alta El Jardín de la Emperatriz Tinto es, junto con El Jardín de la Emperatriz Blanco, la base sobre la que se asienta la gama de vinos de Finca La Emperatriz.
Con ritmo pausado, pero muy firme, los hermanos Eduardo y Víctor Hernáiz, han ido consolidando estos dos últimos años el cambio de gama de su proyecto más conocido, Finca La Emperatriz. Un periodo de transición que cerraron el pasado otoño con la presentación de la primera añada calificada como Viñedo Singular de sus dos referencias de cabecera, los Finca La Emperatriz Tinto y Blanco. Con ellas se posicionaban dentro de la categoría de más alta calidad de la D.O.Ca Rioja. Un hito importante considerando los estrictos requisitos que deben cumplirse y el número de aspirantes que no lo logra (nada más y nada menos que un 30%).
Ahora, los Hernáiz presentan la segunda añada de El Jardín de La Emperatriz Tinto, el reconocido Crianza que elaboran del viñedo de su histórica finca de Baños de Rioja -que perteneció a la última Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo-. Una referencia consagrada por un recorrido que jalona recurrentes méritos, y que en esta nueva añada, la 2018, no podía ser diferente.
El Jardín de La Emperatriz Tinto 2018 está elaborado con un 88% Tempranillo, 9% Garnacha, 2% Graciano y 1% Maturana Tinta. Las uvas, vendimiadas manualmente, proceden de parcelas donde se cultivan cepas de una edad media de 25 años (entre las que se encuentran algunas de las más viejas de la propiedad, con más de 65 años). En bodega, el vino fermentó en depósitos de acero y hormigón, tras lo cual pasó a barricas, donde permaneció un total de 12 meses en madera de roble americano y francés.
La 2018 fue una añada más fresca que su antecesora, dando como resultado un vino fino y sutil. A esto se añade el papel destacado que juega la Garnacha en esta cosecha, aportando sutiles -pero claras- notas florales de violetas que aportan frescura a las ya habituales características de esta etiqueta en la que la fruta negra madura predomina en nariz, sin abandonar la fruta roja fresca en boca -frutos del bosque-.
Una excelente y sólida base sobre la que se asienta la gama de vinos de Finca La Emperatriz y que se presenta ahora en su nueva añada 2018 con una producción de 165.000 botellas.