El célebre queso vallisoletano ha sido galardonado en el año de su aniversario con dos premios en los World Cheese Awards, en las modalidades “Viejo” y “Fresco”
Hace 75 años en Esguevillas de Esgueva -un pequeño pueblo de Valladolid- unos pastores comenzaron a elaborar el queso que hoy conocemos como Flor de Esgueva. Como 75 años no se cumplen todos los días, la marca quiere celebrarlo con una edición limitada muy especial, ideal para estas fechas que se avecinan. Un queso en el que se distingue tanto el trabajo inicial del maestro quesero, como la atención final del afinador y que se elabora siguiendo la misma receta secreta que en aquel entonces. El buen hacer del maestro se ve reflejado en ese gusto puro a leche de oveja que presenta. Su textura, nada elástica y poco desmenuzable, se consigue tras 15 largos meses de maduración en las cavas y de un prensado muy preciso. El trabajo del afinador se aprecia en la intensidad del queso, en sus penetrantes notas aromáticas y en la sensación picante pero agradable que deja en boca, como si albergara en su interior especias como pimienta negra o semillas de papaya.
La Edición Especial 75 Aniversario se podrá adquirir solo en Navidad, de ahí que su maridaje ideal sea un cava Brut, que no enmascare el sabor del queso, sino que potencie ese gusto ligeramente picante. Prepara una tabla bonita con el queso partido en cuñas y dados y decórala con frutos secos. Si quieres ser un poco más atrevido, ralla un poco de chocolate negro 70% sobre el queso y sorprende a tus invitados con un postre diferente.
Como colofón a este año tan especial, Flor de Esgueva ha sido galardonado con dos premios en los World Cheese Awards, la mayor competición exclusivamente de quesos del mundo.
La modalidad ‘Viejo’ de Flor de Esgueva se ha alzado con la medalla de oro. El jurado compuesto por 250 expertos de 38 países ha destacado su calidad, textura y sabor inconfundibles, conseguidos tras sus 7 meses de maduración. Mientras que Flor de Esgueva ‘Fresco’ ha sido distinguido con la medalla de plata.
Estos reconocimientos internacionales suponen un aliciente a más de siete décadas donde aúna la tradición y su clara apuesta por lo artesanal.