Un vino único, con marcada personalidad y complejo, que contrasta con la sencillez y pureza de la imagen del nuevo estuche que lo acompaña. La añada 2013 resalta por su apreciable intensidad aromática de fruta madura. Son aromas limpios y rotundos que perfilan la destacada naturaleza mineral de la variedad autóctona Caíño Blanco.
La boca resulta plena de sabores y de gran untuosidad, con muy buena estructura y cuerpo, resultando amplio, goloso y con una sensación final en boca que parece no terminar.
“La naturaleza atlántica del excepcional Caíño Blanco, prácticamente exclusivo del Valle de O Rosal, da nombre a La Mar para evocar la influencia física del océano en sus características y la simbólica, en la apertura al mundo de esta variedad singular. Recibe en La Mar la mezcla de Albariño y Loureiro para conseguir, sin perder su carácter, una definición de vino única”, asegura José Mª Fonseca, presidente del Grupo Terras Gauda.
Tiene una producción exclusiva: 16.500 botellas.
Se ensambla a la perfección con pescados y mariscos gracias a su buena acidez, pero el abanico de maridaje se amplía debido a su poderoso cuerpo y volumen, siendo un complemento perfecto a guisos y carnes al horno sin descartar platos especiados o ligeramente picantes.