Barbadillo saca al mercado una nueva gama que se presenta bajo el paraguas de una antigua marca de la empresa que se recupera para la ocasión. Se trata de Atamán, antiguos vinos aromatizados y licores que esta histórica casa sanluqueña ha guardado desde los años 70, sin que de la bodega haya salido ni una sola botella en todo este tiempo.
La marca Atamán fue registrada en 1943 para dar nombre a uno de los vermuts que la empresa comercializaba. Eran tiempos en los que esta bebida era tremendamente popular en España. El vermut jerezano ha llegado a ser considerado un estilo particular en el contexto internacional de este vino aromatizado. Una base de oloroso, envejecido en botas de roble y un notable protagonismo de las especias, hacían de los vermuts del Marco un estilo reconocible y de gran valor para el aficionado.
En este 2017, en el contexto del trabajo llevado a cabo por el Departamento de “Alta Enología”, dirigido por Armando Guerra, Bodegas Barbadillo recupera la marca para una gama en la que engloba a este antiguo vermut junto a otras tres propuestas de características similares: vinos y licores antiquísimos guardados en bota desde los años 70.
El primero de los tres acompañantes del antiguo vermut será un vino quinado. Aunque la guarda en bota ha sido la misma que en el caso del vermut y aunque la base de ambos productos es similar, en el caso de la quina, el amargor se ha hecho mucho más perceptible que en la propuesta comercializada hasta los años 70. Esto ha llevado a la empresa a utilizar la palabra “Inquina” en la etiqueta casi como advertencia al catador.
Los otros dos integrantes de esta gama son Ponche y Cacao. En ambos casos la propuesta puede encuadrarse en el campo de los licores. La larga permanencia en bota, como en los casos anteriores, ha propiciado la concentración de ambos productos, de tal forma que untuosidad, densidad, persistencia, complejidad e incluso dulzor son palabras que podrán usarse en la cata de manera mucho más evidente que si estos productos hubieran sido guardados en botella durante todo este tiempo.
Atamán saldrá al mercado en un número muy limitado de botellas. El proyecto ideado por “Alta Enología” supone la división de las existencias en damajuanas para que sean embotelladas en los próximos 20 años. Tanto en el caso del ponche como en el del cacao, se ha embotellado la totalidad del vino guardado y no saldrán a la venta más de 80 y 40 botellas respectivamente cada ejercicio.
En los casos de vermut y quina, la guarda de un mayor número de botas ha permitido que se dediquen a la reserva en damajuanas un mayor número de litros y la propuesta de botellas anual será de 250 en cada caso.
A la vez, un número importante de botas han sido reubicadas en un espacio independiente que ha venido a llamarse “Espacio Atamán”, situado en la antigua bodega Angioletti y en el que la firma sanluqueña va a comenzar el añejamiento de un futuro vermut de mayor tirada cuya base serán las antiguas botas que se han mantenido en producción.