Bodegas el Inicio lanza un nuevo vino que respeta la tradición y la personalidad de la zona,
elaborado con Tempranillo, Garnacha y una tercera variedad de uva blanca que aporta la diferencia
Hace algunos años, en Bodegas El Inicio se decidieron apostar por la creación de un nuevo vino en la categoría de los Rosados. La idea de cómo debía ser estaba muy clara desde el principio en la cabeza del enólogo Ángel Luis Margüello, y no de forma casual teniendo en cuenta que él fue pionero creando en 1999 el primer vino Rosado Fermentado en barrica en la Ribera del Duero y elaborando siete años más tarde en esta misma DO el primer Rosado de color pálido. Hoy por fin ve la luz el nuevo estilo de Rosado de Bodegas El Inicio que, bajo el nombre de Pluma Rosé, cumple la primera premisa de la bodega, crear un vino con personalidad que se asemejase al que elaboraban nuestros antepasados en las pequeñas bodegas subterráneas, pero adaptado a los gustos de hoy.
La elección de las variedades de uva a utilizar y su zona geográfica han sido importantes para el nuevo vino. En cuanto a las variedades, Pluma Rosé se elabora con las tintas Tempranillo y Garnacha procedentes de viñedos en vaso de cierta edad. Se añade una tercera variedad blanca casi desaparecida, que aporta el toque y personalidad buscado por Bodegas El Inicio. Por su parte, la zona geográfica escogida para Pluma Rosé es Castilla y León, concretamente los viñedos vallisoletanos de Cubilla de Santa María, Trigueros del Valle, Mucientes y Cigales. Su altitud, entre los 700 y 750 metros, y el alto contenido en caliza del suelo han sido los dos parámetros que han llevado a elegir estos terrenos que aportarán mineralidad y frescura en los vinos. El resultado es “un vino que sabe a vino”.
Una etiqueta que hace referencia a las características de cada añada
La idea de esta variación de personalidad de Pluma Rosé dependiendo de la añada, se visualizará en la etiqueta que se modificará cada cosecha. Para la primera, la correspondiente a 2017, se ha escogido un rinoceronte alado, un animal poderoso, esquivo para verlo con facilidad, pero al mismo tiempo amable y con una gracilidad reflejada en sus mitológicas alas.
Y como la última añada se ha caracterizado por una fuerte sequía y temperaturas altas, la climatología ha proporcionado al primer Pluma Rosé que sale al mercado como atributo principal mucha complejidad mineral tanto en nariz como en boca. Es un vino cremoso con una intensidad aromática media que espera gustar al consumidor.