Ancestral Rosé, la nueva apuesta de El Grifo por los espumosos más naturales

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La bodega más antigua de Lanzarote -y de las Islas Canarias- vuelve a demostrar su carácter audaz con una edición de apenas 930 botellas de este monovarietal de vijariego negro, enmarcada en su línea ‘Experiencias de vendimia’

Tras la gran acogida de Ancestral Malvasía Volcánica y como continuación de la innovadora línea de trabajo ‘Experiencias de vendimia’, El Grifo presenta Ancestral Rosé, un sorprendente y altamente elegante vino espumoso elaborado exclusivamente con la variedad vijariego tinto siguiendo el método ancestral (Pet-Nat), es decir, en una única fermentación y no en dos sucesivas como en el método tradicional o Champenois. 

De nuevo, El Grifo confirma que no hay límites en el conocido como ‘viñedo de lo imposible’ y que la investigación y experimentación son claves en su día a día, como muestra, esta nueva joya cuya producción es de tan solo 930 botellas. Es decir, una edición realmente limitada que brinda la máxima expresión de la variedad vijariego negro procedente de 300 plantas, cultivadas en hileras y vendimiadas el pasado 10 de agosto de 2022 en una única parcela, de media hectárea de extensión, propiedad de la bodega y situada en el centro de la isla, en el paraje de Masdache.

Como ya sucediera con Ancestral Malvasía Volcánica, la bodega apuesta por el método ancestral dado que es el que más respeta el terruño. Son considerados los vinos espumosos más naturales, ya que era la forma más artesanal de atrapar burbujas en una botella hasta que se descubrió y sistematizó la segunda fermentación en botella que constituye la base del método tradicional o champenoise. 

Para preservar al máximo la complejidad aromática de la uva, tras la recolección manual, los racimos se dejan 24 horas en una cámara a temperatura controlada. Se lleva a cabo el prensado de los racimos enteros para posteriormente fermentarse. Esta técnica supone poca extracción tánica y respeto total de la variedad. Se lleva a cabo una única fermentación que tiene lugar en dos envases distintos: primero en depósito y luego en botella convenientemente taponada. En el depósito, tiene lugar la fermentación alcohólica tumultuosa y, una vez quedan 16 gramos de azúcar residual, se lleva a botella donde las levaduras finalizan el proceso de transformación del azúcar en alcohol mientras generan el carbónico.

El resultado es un vino ligeramente turbio y de color rosa cereza, con una burbuja muy fina y bien integrada, elegante y persistente. En cuanto al aroma, es de intensidad media, con recuerdos a fruta fresca ácida (fresas, cerezas), sobre un fondo floral. Se perciben recuerdos propios de la fermentación, como la miga de pan y levaduras. 

En boca, deleita con una textura delicada de la burbuja que lo hace cremoso en boca, con paso ligero, afrutado y con buena acidez final que lo hace refrescante, con un recuerdo salino. En definitiva, un vino espumoso sedoso, amplio y cremoso.


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